domingo, 20 de enero de 2013

AÑO NUEVO


Era uno de esos días donde el clima jugaba a ganador, yo iba por unos puchos y algo de alcohol, era meritorio un trago, se acaba el año, y quizás el mundo.

Caminando a la tienda, por donde se olía a nuevo año entre tanto trago añejado y panetón. Quizás buscar un trago que valga la pena, no todos son borrachos, no todos le entran al trago.

Entre todo ese tumulto que iban y venían, todos querían vinos, chelas y uno que otro champagne barato. Yo solo quería un ron, un ron y nada más, se acaba el año, quizás el mundo, que diablos, solo quería algo que entumeciera por un rato mi mente.

Habiendo escogido un Bacardi Añejo, me disponía a pagar, cuando no sé porque,  y  porque el destino es un pendejo y quizás un mal parido, tuve la sorpresa de encontrarme con Elena.

Elena la chica de los blogs, los escritos, los poemas, los dibujos y algunas menciones en privado, siempre iba con otro nombre, y ahora la menciono así. Elena.

Me acerque a saludarla, fue esa sensación entre alegría e incomodidad, decorada con unas gotas de tristeza, un par de miradas esquivas que delataban un pasado inconcluso, todo iba para otro lado, no hubo largas charlas, no hubo preguntas, solo un saludo. Todo fue tan rápido, yo estaba en shock y Elena ya se tenía que ir. La despedí como a cualquier otra persona, me sentía helado, caducado y a punto de expirar. Me quede callado.  

Entre el punto y aparte, olvide desearle un Feliz año. Me quede con una sensación de vacío. Termine de pagar, Salí casi volando de la tienda intentando un imposible avistamiento. Ya nada es como antes, dije.
Solo me quedo un mal sabor de boca, un dolor al costado de la fé, unas nauseas de palabras tragadas con sal.

Que se acabe el año o el mundo… lo que venga primero,  bien servido con un buen trago.