Era cuestión de tiempo, eso dije.
No por las ganas de joder, ni tampoco por las ganas a que me jodan; pero era
razonable ese todo que hacía a su vez de un momento grato. Tan grato, pero con
ese sin sabor que era indudable, quizás cuestionando esa armonía, esa paz.
Su nombre era un asunto que podía causar reuniones de estado y uno que
otro golpe militar. Era de temer su mención, se tomaba cada letra con pinza y
nervios de acero. De sonrisa fácil, cabellera alborotada, un lunar en un lugar
destacado y con ese tatuaje que siempre insinúa un par más. Uno ya podía ir
dudando si iba a ganar en esa batalla. El asunto era grave, tanto que ese
silencio era razón de temer, la causa y efecto de su mal genio era la misma razón
por la cual el Big Bang tuvo ese nombre.
Su nombre, Ximena, Sofía, Rosa,
eran tantos en mención, siempre con otro nombre, ya que en el paladar yacía con
ese sabor entre vainilla y edulcorante barato o quizás esa mierda de stevia.
Se podía haber soportado un par
de balas, pero no todo su arsenal. Era de esperarse tal carnicería, eran
impactos mortales, coches bomba, era el todo por el todo, la copa del
mundialito, los goles, los penales y la tarjeta roja; pero no, solo eran
palabras que a veces hacen falta y que a veces hacen que uno se infarta, caiga
y crea que vuelve a empezar con el paso 1, el paso glorioso, el comienzo y por
lo tanto el camino de rosas y espinas.
Ir al paso 2 y toparse con las bestias
que habitan su cuerpo, chocar y pelear, mantener la calma es para budistas de
esquina, acá todo vale, pero el paso 2 es para golpearse los egos y entre
mentadas de madre, uno se desnuda a la par con los fantasmas del pasado.
El paso 3 es indomable, sucio y
hasta es una mentira del cual no hay marcha atrás, se cuenta el tiempo y el
tiempo te cuenta una historia que jamás habías escrito, pero a la par estaba ahí,
sin leer. Lo lees y crees en lo
asfixiante que se ha vuelto, que lo mejor no era nada, y la nada era una pantomima
de fiesta infantil.
Dicen que el paso 4 es para
sobrevivientes o zombies; pero lo cierto es que el paso 4 es para los
incomprendidos, los que ya no se toman el tiempo, ni se fijan del calendario,
todo está consumado, y con deudas a más, uno ya tiene un plan de escapatoria,
con bomba nuclear y silla de ruedas para los malos ratos, una buena botella de
alcohol para los imprevistos y una de champagne para las celebraciones. El paso
4 es rimbombante.
Dicen que volver al paso 1 y
comenzar de nuevo es irse a la mierda. Volver a ese camino accidentado,
olvidado por Ingenieros civiles. Uno piensa y dice, porque un par de malheridos
quieren volver a ese campo minado, de pasos astillados, el mismo camino que da
la bienvenida a moribundos gustosos de vivir por los mismo errores, sin saltarse
un solo paso, conociendo a la perfección las laceraciones de anteriores naufragios.
Una vida de queloides matices, motivada
por esa debilidad, que es el contar con ella.