domingo, 8 de diciembre de 2013

NOS VAMOS

Era la carta al retiro, al desmán y desalojo. Era la última jugada, no quedaba de otra, solo un punto final de entre tanto punto aparte.

De los buenos años, de su calor y su repentino cambio estacionario, de ese gélido mensaje mudo que solo reflejaba una mirada llena de palabras. Palabras que eran dardos impronunciables de poca belleza, que marcaban el final de esa melodía, la última sonata.

Me habían quedado las cartas rotas, de  palabras flojas, escritas en vano. Por todos lados llovía un poco de ese pesar, de lo cotidiano, la rutina, el no decir nada. Esos celos que lo matan todo, sin respeto a nada.

Del poco placer, de esos besos fríos, caminatas eternas y mudas, de esos pocos mensajes que ya no se entienden, de esa marca casi ajena, de todo eso no quedan ni rastros, ni en sábanas blancas ocultando el cálido sudor del momento, matando las risas, el habla.

¿Qué pasó amada mía? Nos fuimos a la mierda de nuevo ¿Nos casamos o nos cansamos? ¿Nos cantamos o nos hartamos? Es sencillo mi princesa, que todo esto va para el caño, es justo y necesario el cambio; pero veo que eso no va contigo. Entre tus dotes de madre superiora, de santa y puritana, de esos dotes de superioridad. Veras, eso no va conmigo, ni con nadie. No dudes en gritar y enfurecerte, pero ten cuidado con sofocarte, que aun pienso en ti; pero no de igual manera. Un par de palmas del público, la reverencia del momento y quizás el último abrazo, sin puñales.


Y nos vamos, nos vamos a la mierda. 

lunes, 21 de octubre de 2013

Marcela.

Eran las dos de la mañana, había llovido un poco, el clima era invierno puro y se había llenado el cenicero, por ahí se escuchaban las últimas palabras. Era obvio el silencio. Ahí estaba Marcela, a un lado, callada, meditabunda, de mirada perdida.

De pronto me mira, veo sus manos convertirse en puños, veo esa mirada encenderse de ira, veo su cuerpo temblar y veo a Marcela entrar en llanto. De a poco la veo desmoronarse del todo, su mirada encendida decae de golpe, Marcela debe odiar todo esto, pero todo se le escapa de las manos, para ella esto es inconcebible, y yo solo logro contemplarla en el más profundo silencio.  



Marcela debe querer consuelo; pero yo soy un canalla, y como tal, solo dispongo a verla. Y aunque canalla y malvado, sé que estoy atando mis manos para evitar ese calor que ella aclama, de su llanto incomprendido, desmerecido quizás, pero muy en el fondo necesario.  

Marcela decae una y otra vez en el llanto, balbucea, tratando de decir algo pero en su estado solo se entiende su pesar. Marcela llora, dolida, con el orgullo quebrantado, y yo solo me quedo callado admirando esa escena.


Un cuarto para las tres, empieza a hacer algo de frío, todo en silencio de nuevo. Me dispongo a irme y solo escucho un débil y casi insonoro: No te vayas.  Era un llamado al retorno y a lo mismo. Pero ya todo se había acabado. Quizás muchos antes. 

jueves, 26 de septiembre de 2013

MI PRIMERA CHAMBA

Con todo esto de las chambas, entre enviar curriculums como si fueran volantes para el circo, vestirse como pingüino como si fueras a una boda, andar con esos zapatos tan incomodos; todo un desastre para alguien que solo quiere trabajar, ganarse el pan, tres chelas y dos puchos. Colas inmensas, entrevistas agotadoras, es peor que Jugar half-life, dije.



Entre tanto correteo busco un poco de aire llamado Lucky Strike, y recuerdo mi primera chamba, sonrió y digo: En ese tiempo no había que pasar por tanta mierda.

Eran inicios del 2006, era joven, eso me decían. No tenía ni un cobre y mucho menos oro, era un mantenido más en este país que quería destetarme a la fuerza. Por esos tiempos no tenía internet en casa y tenía que ir a las cabinas del centro. Ver correos, Messenger (que en paz descanse), Jugar Gunbound y Muonline, era lo de siempre. Ya me había hecho pata del que atendía y se podía cruzar un par palabras con toda confianza. Una vez dijo que necesitaba a alguien para que atendiera el negocio en las mañanas y casi sin pensarlo le dije: ¡Yo pues weon!

Y así tuve mi primera chamba, ser cabinero o más ficho suena “Administrador de cabinas de internet”, es la misma mierda; pero suena más paja.

El primer día de chamba, me presentaron con la dueña, una señora guapetona con un genio de mil demonios, que me enseño casi a ciegas como era el negocio. Todo se define en: Si no cuadra en el sistema te descuento. Un Glup por ahí y un: No la vas a cagar Carlitos. Obviamente el primer día de chamba la cagué,  y tuve que devolver dos sagradas lucas a caja; porque el hijo de puta de sistema es un Hijo de puta.
Pasaron las semanas y todo era más chévere, descargar música a montones y hacer cachuelos como grabar Cd’s, escanear y todo lo que no signifique un gasto aparte para el negocio.

Los Clientes, había desde los caseritos, ratas enanas que solo te pedían media hora y al final se quedaban 12 horas, era normal verlos correr cuando su vieja llegaba a punta gritos y volaban shinelas a lo Angry Birds. También habían los tíos que te pedían una hora y luego te pedían el baño para no sé qué (fap-fap-fap). Las chicas que te enamoraban por cinco minutos más (de internet) y bueno, uno no es ni manco, ni perezoso en ese sentido.

Así fue mi primera chamba, bien paja, aprendí a ser responsable con los horarios, despertarse temprano, aunque una vez llegue con una resaca del demonio (Bella Norita nunca más). Todo sea por las sagradas moneditas, de esas que el Hijo de Puta de Mario Bross las gana saltando (Mario Bross se la lleva fácil).  

PD: Aun sigo esperando mi entrevista por Skype. #okno #yafue



domingo, 28 de julio de 2013

Café cargado.

Siete de la mañana, todo lo que uno quisiera de un buen día, solo que con un par de arañones encima, y el sabor a alcohol era parte del momento. Levantarse de la cama por ese delicioso olor a café de venia de la cocina, llegar y encontrarse con Roxana, sonreírle de una forma picara y darse un beso en el cuello mientras agarraba su cintura. Era el día perfecto, el cielo estaba demasiado azul para ser cierto, solo un friaje pasajero haría que el cielo terminara así de azul.

Me siento  y espero que Roxana me sirva el café, ella sabe en qué taza y con cuanta azúcar, Roxana lo sabe todo. Nos echamos a conversar mientras la casa se aromatiza con el sabor colombiano, un par de risas por ahí, mientras se nos va la resaca, un par de besos por ahí, mientras se entran las ganas. Roxana me habla de los indignados y yo le enseño el Blackberry con algunos tweets de gente indignada, Solo le digo - Gente para más cojuda. La gente se indigna por todo y no ven en donde están parados, es justo y necesario una buena dosis de desahuevina en el anexo, le digo a Roxana mientras nos reímos de los indignados. Nos pasamos un par de puchos en la azotea, el sol esta matador; pero de lo más adorable. Después de 14 grados, el sol es el superhéroe por ahora, después ya será un vil hijo de puta.


Son las diez de la mañana y por decirlo de esa forma, Roxana se molesta, ya es muy tarde para ella y se tiene que ir, le agradezco el café y la noche, esta demás decir que la noche estuvo… más que bien. La despido con un beso, casi eterno; pero un poco austero. Roxana se va y la magia de ese día se fue con ella. 


jueves, 18 de julio de 2013

LA CHICA PLASTICA


Había conseguido trabajo como capacitador. No era de más mencionar la mala racha que tengo al enviar Currículos como loco y que una que otra empresa me llame como última opción. Tengo que aprender a photoshopear mi Bio, un poco más de floro y sonrisa kolynos.

Primer día de chamba, uno llega con la pinta de niño bueno, tan desnudo como andar sin gorra, barba y demás armas que uno usaba a diario. Obviamente lo pastrulo no me lo quita nadie; pero ahí estaba yo, intentando ser un capacitador, que por cierto no fue capacitado, así que había que improvisar un poco, a lo Pataclaun. Todo era puro floro, del estatal, que ya sabemos.

Al lado estaba Natalia, la famosa chica plástica. Ella era una diva, pura sonrisa y mucho halago por todos lados. Todos sus alumnos estaban en su granja de cuyes, asintiendo a todo, por todo y sin entender nada; mientras los míos ya carajeaban y uno que otro usaba polo negro. Natalia, era la chica plástica, podría haber sido Miss, reina o patrona; pero decidió ser capacitadora. Nunca hable con ella, no podía entre tantos halagadores que le correteaban por todos lados, yo no pasaba de un hola, una leve sonrisa y un conchasumare en la mente.  

Pasaron las semanas y Natalia era la reina, todos querían salir con ella, le llegaban mensajes, recados, peluches, chocolates y un ole-ole, de harto fan arrecho, aguantado y cristiano. Ella pasaba por mi aula por ratitos, cuando se escuchaban risas de tanto hablar huevadas; claro, se ríen porque son anécdotas de toda la vida y a todos les ha pasado,  no soy un payaso; pero mi mamá dice que fácil la hago de machín. Are-Ajo-Erda.


Llego el último día de capacitación, yo lleno de preguntas de tanto muchacho que no entendió nada y Natalia llena de flores de muchachos que no entendieron nada, pero les llegó al pincho igual. Como parte del cierre de charlas, nada técnicas por cierto, a los capacitadores les habían invitado a una pequeña reunión, de esas que uno hace que no hace, pero la hace. Todos inflando el ego de Natalia, ella toda sonriente, yo con cara de huevón en la esquina de los fumadores, ósea yo solito. En eso salgo un rato, como quien escaparme de tanto molusco babeante, que solo tiene ojos para la santa sonrisa de Natalia. Prendo un pucho y veo salir a Natalia, se dirige hacia donde estoy, no está sonriendo como siempre. Me saluda con una sonrisa dulce, nada plástica. Me pide un pucho, se lo doy y por primera vez veo fumar a Natalia. Entre pitadas conversamos afuera del local, le pregunto por sus fans y mientras ella suelta un chorro de humo, sonríe y me dice, esos sonsos, demasiado aburridos; parece que nunca hubieran visto una mujer; yo sonrío, ella sonríe, nos miramos y soltamos unas carcajadas. Natalia me pregunta por mi afán de comediante, dice que soy gracioso y eso le gusta, yo le digo, soy recontra aburrido y monse, ella sonríe y da unas pitadas y me dice, claro, claro, aburrido y monse, nos damos un par de miradas cómplices y volvemos a reír, le digo, van a pensar que estamos bien fumados, y volvemos a reír. Al rato sale unos de los aduladores de Natalia, le llama para que se una a su mancha, yo le digo a Natalia que ya me voy, ella hace un gesto de descontento, me acerco a despedirme y ella me roba un beso, en eso yo la miro, ella me mira y con toda la pica del momento, nos besamos. El tiempo se detuvo en ese instante, faltaba la toma con giro de 360 grados con alguna música de Mar de copas; pero quedo ahí en ese beso tibio y generoso, que tenía que robarse completito. Yo me alejo del lugar, mientras veo a Natalia entrar con una sonrisa pícara, de seguro volverá a su sólida sonrisa plástica, solo para el deleite de los moluscos aduladores. 

En el taxi, me llega un mensaje al teléfono que decía: ni aburrido, ni monse


jueves, 30 de mayo de 2013

REY DE ESPADAS

Un viernes sangriento de aquellos, en el bar de esquina donde el rock latía con fuerza y se mezclaba con el alcohol y el tabaco sin mentol.

Saliendo del trabajo con Ernesto un buen amigo, y como quien dice para remojar la garganta con un par de rubias bien helenas en el ya habitual Bar donde los 80’s parecen haberse detenido en el tiempo.

¡Mosaico! ¡Una chela bien helena para empezar, con su par de puchos para bajarla! le digo al brother.  Nos traen a la sagrada con sus respectivos para la ofrenda y empieza la conversa con algo de sazón.

Se conversa de todo, desde trabajo, proyectos personales, y algún documental de  Natgeo. Dejando lo mejor para el final, ya con 6 chelines a bordo y el cenicero medio lleno, se toca el tema de cajón, como dicen. ¿Cómo vas del anticucho?

Ernesto termina de tomar y prende un cigarrillo casi de inmediato y después de un par de pitadas me dice: Jodido; pero feliz. Razón para pedir un par de cervezas más.

Ernesto me cuenta con ese son cabizbajo, que solo un buen trago de cerveza puede aliviar, que tiene problemas con Mariela su enamorada, por culpa de Juliana, una chica de armas tomar, que en momentos tensos de su relación, Juliana era la que endulzo sus días amargos. A Mariela la conozco poco, solo en reuniones y un par de menciones nada más; pero a Juliana la conocen muchos, la chica de amores pasajeros, de amores de una noche, sin motivo a algo formal porque es pecado.

Pedimos un par más y el cenicero ya estaba lleno. El Gran Ernesto confesando que Juliana, la chica que estaba alegrando su relación, por así decirlo; Ahora le está cagando su relación. No entendí hasta ese momento lo grave del asunto. No lo entendí hasta que dijo que Juliana se había enamorado de él. Por poco y me trago el cigarrillo con esa noticia. Juliana la chica de los amores de una noche, se enamoró del famélico y flemático Ernesto. Solo pude decir: ¡Putamare huevón, eso no te lo cree nadie! ¡Si esa ona solo está por la huevada!  Ernesto me insistió, mientras le daba un par de pitadas más al cigarrillo. Qué Juliana le había confesado que se había enamorado de él y casi de inmediato  a Ernesto se le vino a la mente la imagen dictatorial de Mariela. Al toque Ernesto Pidió un par de chelas más. Esto recién comienza.

¡Tengo que acabar con toda esta mierda! Dijo Ernesto. Dando a conocer sus intenciones de no ceder a la insinuaciones de Juliana, la chica de una noche.  En la vida una iglesia de barreada va a ser la Catedral, afirmó. Pero si le digo que no, fácil esta cojuda se va con el chisme a Mariela y me recontra caga, dijo con amargura. Era claro que Ernesto ya no manejaba la situación, era claro que entre chela y chela, cigarrillo y cigarrillo se veía a un hombre confundido. Por huir de un problema buscando una solución, se chocó con el iceberg. Un susto y una corrida, para los entendidos, esta vez, fue más susto que corrida.

Dejo a Ernesto con sus ideas, ya son las dos de la mañana. Solo me queda algo claro. Ernesto ya se jodió, por el amor de una noche. Pero si es verdad que Juliana está enamorada, Ernesto, ni tonto ni cojudo va a dejar a Mariela por el amor de una noche. Así que se Jodió doblemente Juliana.


 Ahora entiendo a las Telenovelas de Televisa. Son tan cojudas, pero muy ciertas estas huevadas. 

viernes, 17 de mayo de 2013

The Fucktory


Era el último cigarrillo de la noche. El suelo estaba inundado de colillas, las cenizas eran parte del paisaje y otra vez hacía falta aire.

La nicotina se ha vuelto parte del momento, del día. Es el mañana, tarde y noche. El pan de cada día. La chispa que enciende la maquinaria.

Es de día. Aún queda el sabor del combustible. Una taza de café acompaña la mañana llena de inyectables. Se prende la antorcha y empieza la industria, de un todo gris y de persianas agrietadas.


En la tarde un vaso con agua, para pasar los malos ratos, todos muy amargos. Ver algo de esa basura colorida que ya no da gracia, mientras la casa se llena de ese manto fúnebre que mantiene el fogón encendido.

Ya es de noche. Unas copas de morfina para ignorar las balas. Sin rumbo sobre la ciudad de luces amarillas hepáticas. Se levanta una imperceptible sonrisa disfrazada como mueca. Otro día estancado en esa lluvia de cenizas. 

sábado, 9 de marzo de 2013

Super Heroínas


Hace unos días fue El Día Internacional de la Mujer, y bueno uno podría pasarse todo el día hablando de ellas. De lo gallardas que son, lo geniales que son, lo jodidas que son; pero solo unas pocas se han merecido una mención privilegiada en este espacio, con otros nombres, para dar misterio al asunto. Ellas son Super Heroínas de comics. Son como EVA en Wall-E. Son como Roxanne en Megamind. Pero ahí están ellas, Salvando al terrorista.

En Primer lugar, la mujer que tuvo la buena o mala suerte de darme la vida. Mi mamá, pobre mujer, ella tiene que aguantar a un loco, un loco que casi no nace, que se enfermó al nacer, que conoció Lima la gris a la semana de nacido por motivos médicos, que era tan tragón que se tomó el agua de la placenta, que era tan tragón que se comía los ladrillos de tierra de su abuelita, el jabón y el shampo fresita. Tan tragón y tan flacucho a esa edad. Era solo hueso y pellejo, alguien tan pequeño que solo cabía en una mano y que su cuna era una maleta de viaje.   Bueno mamá, de tanto tratar de mejorarme, algo de amor y tanta pastilla, jarabe, aceite de hígado de bacalao y claro… tanto ¡Come Carajo-Mierda! Termine creciendo por todos lados. Aunque como todo primer hijo, uno termina siendo parte de una serie de experimentos para que el segundo hijo no salga tan jodido. Hay que agradecer que hemos sobrevivido mamá. Tú más que yo. 

Hablar de Sandra, es hablar de muchos momentos, de tener al lado a una chica fantástica. Recuerdo el día que la conocí, en un parque, unos helados, una charla de la nada. Todo podía pasar ese día. Podía llover, granizar o caer un meteorito; pero ahí estabas, en ese parque, comiendo helado. Sandra me enseño a querer, algo que no estaba en el menú a los 16, algo que sencillamente no estaba programado en mi burbuja. Recuerdo un día de lluvia, Sandra llego toda empapada con una gran bolsa de cosas ricas, cocinamos juntos y ¡Vaya! Esa chica vale más que un Ceviche, pensé. Pero así era Sandrita, siempre venía con sorpresas. y  llenaba de sonrisas mi día. 

Martha llego en momento de crisis; pero en verdad yo llegue a Martha, entre carpetas, papeles y muchas paredes. Martha es una chica muy inteligente, aunque no lo acepte; aprendí tanto de ella, que era una Maravilla no encontrarse con novedades. Es una artista, está loca, escucha la música que escucho ¡Por R2D2! ¡Me enamore! Martha era la reina de los detalles, siempre había algo para ella, todo a su estilo. Tengo que reconocer que me quedo chica la cancha con Martha, llevar su ritmo, su vida, tantos detalles que ella podía dar, simplemente era imparable. Me volví dibujante, poeta, escritor de mala muerte, pastrulo y Machín Alberto Matute Cárcamo. Nunca pude superar sus detalles, con solo mencionar uno de ellos: El mejor cumple de mi vida. Insuperable aun en estos tiempos. Gracias Marthita. Aprendí un huevo de cosas contigo.

Luciana es como de casa, la conozco de toda la vida. Recuerdo visitar su casa, digamos que por poco y me adoptan. Lucianita se lleva el premio al carácter y la insistencia, medalla de honor total, quizás termine doblegado por ella, su carácter Heavy metal. Quien más te sacaría a bailar cuando solo sabes mover la cabeza como los perritos de los taxis, quien más te invitaría a una boda cuando odias las bodas ¿quién más? ¡Solo Lucianita! y lo logro; con bombos y platillos cambio tanto mi vida en tan poco tiempo. Recuerdo que le encantaba escuchar  Mar de Copas y todo grupo de rock Peruano.  Siempre me quede con la pica de llevarla a un concierto de Rock. Lucianita, vales un Perú y te debo un Sushi Bar y varios conciertos de Rock.

Esta fue una reseña, no tan risueña; de esa mujeres que han cambiada a este aburrido y gruñón personaje. Todas a su estilo han logrado quizás entenderme, un poquito o a carajeadas; pero se agradece totalmente el salto al vacío  ¡Gracias Totales!

domingo, 20 de enero de 2013

AÑO NUEVO


Era uno de esos días donde el clima jugaba a ganador, yo iba por unos puchos y algo de alcohol, era meritorio un trago, se acaba el año, y quizás el mundo.

Caminando a la tienda, por donde se olía a nuevo año entre tanto trago añejado y panetón. Quizás buscar un trago que valga la pena, no todos son borrachos, no todos le entran al trago.

Entre todo ese tumulto que iban y venían, todos querían vinos, chelas y uno que otro champagne barato. Yo solo quería un ron, un ron y nada más, se acaba el año, quizás el mundo, que diablos, solo quería algo que entumeciera por un rato mi mente.

Habiendo escogido un Bacardi Añejo, me disponía a pagar, cuando no sé porque,  y  porque el destino es un pendejo y quizás un mal parido, tuve la sorpresa de encontrarme con Elena.

Elena la chica de los blogs, los escritos, los poemas, los dibujos y algunas menciones en privado, siempre iba con otro nombre, y ahora la menciono así. Elena.

Me acerque a saludarla, fue esa sensación entre alegría e incomodidad, decorada con unas gotas de tristeza, un par de miradas esquivas que delataban un pasado inconcluso, todo iba para otro lado, no hubo largas charlas, no hubo preguntas, solo un saludo. Todo fue tan rápido, yo estaba en shock y Elena ya se tenía que ir. La despedí como a cualquier otra persona, me sentía helado, caducado y a punto de expirar. Me quede callado.  

Entre el punto y aparte, olvide desearle un Feliz año. Me quede con una sensación de vacío. Termine de pagar, Salí casi volando de la tienda intentando un imposible avistamiento. Ya nada es como antes, dije.
Solo me quedo un mal sabor de boca, un dolor al costado de la fé, unas nauseas de palabras tragadas con sal.

Que se acabe el año o el mundo… lo que venga primero,  bien servido con un buen trago.